¿Qué perdería España en el caso de separarse Cataluña?
Lo que perdería ESPAÑA
1- Una de sus comunidades autónomas más próspera
Tras una grave crisis que se extendió durante casi una década, la cual España aún no se ha recuperado por completo. Cerca de 3,5 millones de personas no tienen empleo y más de la mitad lo busca desde hace al menos un año, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Si se descuenta a los catalanes, el número de desocupados españoles aún sería alto: 2.416.900 personas.
Una situación que se agravaría si el país pierde una de sus comunidades autónomas más rica. Cataluña registró el año pasado un PIB récord: 223.629 millones de euros. Una cifra por encima de la economía de Ecuador y que duplica la de Panamá. La independencia le costaría a España entonces decir adiós al 19% de su PIB y el 18,4% de sus empresas. El resultado sería un Estado «más pobre», admitió el presidente del IEE (indicador de sentimiento económico). El PIB per cápita caería hasta los 23.250 euros, según los cálculos.
Cataluña aporta unos 70.300 millones de euros a las arcas españolas, más que el resto de regiones, según los datos del Ministerio de Hacienda más recientes.
2- Innovación y emprendimiento
Cataluña es una comunidad autónoma que ha invierte mucho en I+D y ha desarrollado industrias pioneras en España. De las 108.963 publicaciones científicas producidas por universidades españolas un 25,68% salieron de Cataluña. Le sigue Madrid, con casi seis puntos porcentuales menos (19,91%), según los datos de la Alianza 4 Universidades.
La ciudad de Barcelona ocupa además el quinto lugar en Europa en materia de startups, una posición por delante de la capital española. En años anteriores, las empresas de esta capital catalana captaron más de 300 millones de euros, lo que representó el 56% del total de las inversiones realizadas en España.
La comunidad autónoma de Cataluña, también lidera las peticiones de patentes en el país; según el último informe de la Oficina Europea de Patentes. Muy por delante del 20,6% de Madrid, que ocupó el segundo puesto.
3- Infraestructuras
Con la salida de Cataluña, España perdería el puerto más importante del Mediterráneo: el puerto de Barcelona. Con 22 kilómetros de muelles y amarres, teniendo un tráfico de toneladas superior a los 50 millones.
El puerto resulta clave también para el turismo: casi seis millones de pasajeros pasaron por ahí el año pasado. Además, cruceros como el Harmony of the Seas, el más grande del mundo, lo tienen de base.
Otro puerto relevante ubicado en Cataluña es el de Tarragona, donde también se encuentra la mayor red de la industria química del país. En Cataluña, operan varios aeropuertos, entre ellos, El Prat, que rivaliza en número de pasajeros con el de Adolfo Suárez-Barajas, en Madrid. El año pasado vivió el mejor de su historia, con 54,1 millones de viajeros.
Cataluña también acoge a dos de las seis centrales nucleares que hay en España y que producen el 40% de su energía nuclear. A esto se suma una amplia red ferroviaria que conecta las ciudades mediterráneas españolas con las francesas e italianas.
4- Deuda externa y activos
Uno de los temas más espinosos es el de la deuda externa que tendría el nuevo Estado catalán. Los informes del CATN (Consejo Asesor para la Transición Nacional) dicen que Cataluña debería asumir la deuda que se encuentra a nombre de la Generalitat, los gobiernos provinciales y los municipales. Esta asciende a unos 90.000 millones, que equivale al 35,4% de su PIB. De estos, 61.000 millones corresponden a compromisos con el gobierno de España.
Pero la deuda a nombre del Estado español se utiliza para gastos e inversiones en beneficio de todas las regiones, incluida Cataluña, por lo que muchos insisten en que esta debería hacerse responsable de su parte correspondiente.
El exdirector de la Bolsa de Barcelona, José Luis Oller, cifró en 180.000 millones de euros el peso de la economía catalana en la deuda del conjunto de España durante un debate celebrado hace dos años en el Colegio de Economistas en Barcelona, según publicó entonces el diario El País.
Además indicó que había que sumar el valor de los activos que el Estado tenía en Cataluña, que estimó en 50.000 millones de euros.
La deuda total de una Cataluña independiente, según sus cálculos en esa época, era de unos 290.000 millones de euros o el 145% de su PIB. El CATN (Consejo Asesor para la Transición Nacional) niega que Cataluña deba aceptar las deudas contraídas para inversiones y obras realizadas fuera de Cataluña. Sin embargo, aconseja negociar aquella deuda que no se pueda atribuir a un territorio concreto, siempre que el Estado español transfiera al nuevo país parte de los activos que fueron comprados con ese dinero.
Por ejemplo, si España se endeudó para crear una empresa pública que funcione a nivel nacional, Cataluña asumirá parte de la deuda siempre que reciba las acciones correspondientes de esta compañía.
Como las posibilidades de negociación parecen ser pocas en este momento, en caso de secesión, lo más probable es que España tenga que pagar sola el total de las deudas mientras dirime el conflicto con el nuevo país en los tribunales internacionales.
Cataluña también cree que España debe repartirle «equitativamente» los bienes públicos que se encuentren fuera del país como las sedes embajadas, las plataformas petrolíferas, las bases militares, las cuentas corrientes en bancos extranjeros y los satélites espaciales, según el CATN (Consejo Asesor para la Transición Nacional).
5- Patrimonio cultural y turismo
España es una potencia turística y el año pasado batió récords con 90,3 millones de visitantes extranjeros, casi un 10% más que en 2022.
Pero casi una cuarta parte (el 22,5%), tiene como destino Cataluña. Unos cuatro millones menos que la segunda posición: las islas Baleares.
Sus 580 kilómetros de costa ofrecen playas paradisíacas a las que se puede acceder con facilidad en tren o autobús. En invierno, sus montañas en los Pirineos están entre las favoritas de los esquiadores. Pero la Cataluña también tiene una importante oferta cultural gracias a su riqueza en Patrimonios de la Humanidad como las obras del arquitecto Antonio Gaudí que se reparten por toda Barcelona. Entre ellas, se encuentran el Parque Güell, la Sagrada Familia y la Casa Milà.
No solo estas quedarían fuera de España, sino que la Generalitat también podría exigir la devolución de los archivos, bienes culturales y patrimonio nacional que hagan referencia a Cataluña o cuyo autor haya sido catalán, según el CATN (Consejo Asesor para la Transición Nacional).
Esto significaría que obras de autores como Salvador Dalí o Joan Miró que en la actualidad se conservan museos madrileños como el Reina Sofía deberían entregarse al nuevo Estado.