Una Amnistía con mucha falta de transparencia
Aunque Pedro Sánchez nos promete revelar el nombre del verificador, oculta el lugar de la cita con Junts.
La transparencia de la que hace gala el Gobierno socialista y que sigue empañada por el secretismo que rodea la primera reunión de la legislatura entre el PSOE y Junts, bajo la supervisión de un verificador internacional, tal y como se comprometieron los socialistas en el pacto de la llamada investidura de la traición de Pedro Sánchez a España. El jefe del Ejecutivo aseguró hoy que su intención es dar a conocer el nombre del mediador este sábado, como una suerte de notario de los acuerdos que puedan alcanzar las dos fuerzas políticas, pero no dijo cuándo y tampoco quiso ratificar que la cita vaya a producirse, como se espera, en Ginebra. «No estamos en condiciones de decir dónde va a ser».
Según el Psoe con este encuentro quieren «buscar una solución política y negociadora con el conflicto catalán», Junts llevará su propuesta de celebración de un referéndum consultivo sobre la independencia conforme al artículo 92 de la Constitución y su reclamación de que Cataluña pueda asumir el 100% de los tributos.
Hasta ahora, el PSOE solo ha confirmado que enviará a la reunión a su secretario de Organización, Santos Cerdán, que ya negoció la investidura con Carles Puigdemont, pero no ha adelantado quién más compondrá su delegación. Por parte de Junts se espera que participen el expresidente de la Generalitat, el secretario general de Junts, Jordi Turull y la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras.
Sánchez ha vuelto a defender la polémica figura del verificador, mal dicho, ya que un verificador es para gestionar los conflictos entre dos países, y Cataluña no es un país, por lo tanto cuando en este caso hablan del verificador y se refieren como «la persona que nos va a acompañar en ese proceso de diálogo». «Si dos no se entienden que nos acompañe un tercero es una buena noticia porque nos puede ayudar a llegar a acuerdos.
El presidente del Gobierno, que también ha admitido que la amnistía a los encausados del ‘procés’ «no era el paso siguiente que quería dar» y que se vio arrastrado a él ante la necesidad de contar con los votos de Junts para retener el Ejecutivo, ha aducido que en cualquier caso se trata de una medida «coherente» con la política de «normalización» de Cataluña que desarrolló la pasada legislatura, cuando aprobó los indultos y reformó el Código Penal para derogar el delito de sedición, una autentica estrategia de un autócrata.
Además, ha vaticinado que quienes hoy se oponen a dejar impunes los actos ilegales cometidos por dirigentes y activistas del mundo independentista durante más de una década en su intento de lograr la secesión de España acabarán abrazando la medida, del mismo modo que ocurrió con otras leyes, como la ley del divorcio o la ley de matrimonio homosexual, patética comparación por parte del gobierno socialista.
En muchos medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, lo llaman ya, la legislatura de la traición de Sánchez a España.